jueves, 9 de agosto de 2012

INGRID VALENCIA





Infortunio



No era yo en mí
sino el miedo a desaparecer
del interior de la serpiente
cuando el elefante olvidara
que alguna vez lo miré
antes de tragarlo
No era yo
sino la sangre
de angustias ondulantes
Detrás de mí
no era
sino el movimiento decrépito
en las arterias
No era en mí
la oscuridad
No era yo la serpiente
No eran mis ojos.

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